lunes, 9 de septiembre de 2013

Un breve análisis de las plataformas virtuales II

Entre las plataformas comerciales, hablamos de dos categorías: las de software libre y las plataformas que de entrada te cobran. En las primeras el caso más importante es el Moodle como la plataforma de uso gratuito que es más usada. Esta plataforma tiene como principales ventajas, además de su uso gratuito, que ellos se encargan de todo el mantenimiento y el soporte técnico necesario, además de que como su código es abierto, esto ha ayudado a que gente de todo el mundo mejore sus aplicaciones, esté más evaluada, esté en continua mejora, etc.  Su crecimiento ha sido exponencial, pasando de unos mil sitios web que la utilizaban en 2003, a 4000 en el 2005 hasta llegar a 68 000 sitios actualmente, con 60 millones de usuarios en todo el mundo. Frente a las ventajas que enunciamos anteriormente la verdad es que fuera de los modelos de aprendizaje on line, realmente no han logrado que los estudiantes por sí mismos acudan a ella, ni tampoco han logrado superar el prejuicio que muchos maestros tienen de que son difíciles de usar.

Finalmente, tenemos las plataformas comerciales que de entrada te cobran una cuota que normalmente es por alumno y es anual. Aunque pueden tener algunas herramientas más desarrolladas que moodle, realmente pronto las plataformas de uso libre tienen desarrollos parecidos. Lo que venden fundamentalmente es: la adaptación total al diseño institucional, de manera que desarrollan el “campus virtual” de la institución (que esto también se logra con moodle y, por supuesto, con las plataformas de desarrollo propio). Ciertas aplicaciones que, como ya decíamos es muy factible que en un corto plazo las otras plataformas desarrollen recursos muy parecidos y, finalmente, la seguridad de las bases de datos al contar algunas de ellas con servidores propios. Sin embargo, nuevamente, tanto las plataformas como moodle cuentan con esquemas de seguridad muy bien diseñados, como las plataformas de desarrollo propio pueden conservar las bases de datos en sus propios servidores. Las cuotas por alumno pueden sonar muy accesibles (hablamos de que algunas cobran 10 dlls por alumno al año como ALESTRA), sin embargo, cuando las multiplicamos por el número de alumnos que tenemos ya no es un costo nada barato, pues si tenemos por ejemplo 3000 alumnos, estamos hablando de 30 mil dlls al año, y en la medida que voy creciendo este costo se incrementa de manera exponencial. Eso puede llevar a plantearse a la institución si con un presupuesto así anual, no pueden desarrollar su propia plataforma. 


Las principales ventajas que tienen a nuestra consideración son: que detrás de ellas normalmente están empresas muy importantes que les pueden hacer una importante inyección de capital para su desarrollo. El tener detrás de ellas estas empresas tan importantes y consolidadas también les brindan la imagen de seriedad y seguridad, que al final creemos que es lo que pagan sus usuarios. Realmente las aplicaciones que ofrecen pueden ser interesantes como paquetes, pero para las instituciones que no tengan o no quieran pagar siempre habrá bastantes alternativas para sustituirlas. Entre las desventajas creemos que realmente no ofrecen un servicio que al final sea realmente significativo para pagar por ellas en la mayoría de los casos, aunque siempre habrá clientes que paguen por estas plataformas por distintas razones. Otra es que si los propios profesores están desarrollando los contenidos de las mismas, al final la cuota que se paga realmente es alta y muchas instituciones optarán por generar sus propios desarrollos. 

EN CONCLUSIÓN:
Tanto la gran mayoría de las plataformas de desarrollo propio como de desarrollo comercial tienen el mismo formato: ser un sistema organizado en la red, donde cada profesor puede abrir y administrar su curso. Decimos que son plataformas cerradas, en el sentido de que si no estoy inscrito en el curso, es muy probable que no pueda ver sus contenidos. También en el sentido, de que cada profesor es el que sube sus materiales. Esto provoca que si quiere hacer un intercambio o conocer los recursos de otros profesores, tienen que ponerse en contacto directo con ellos, la plataforma en sí misma no fomenta este tipo de interacciones. Las interacciones entre alumnos también quedan limitadas a lo que el profesor o el curso les indique, sin que por sí mismos pueda darse una mayor interactividad social, digamos. A eso nos referimos que son sistemas cerrados. Esto sin embargo, va en contracorriente con la cultura digital y de red, que cada vez abre más espacios para la interacción más dinámica y abierta, como las redes sociales. Creemos que esto es la causa de que para la mayoría de los estudiantes, sobre todo los más jóvenes, este tipo de plataformas les parecen aburridas y poco atractivas.

Como recursos didácticos las plataformas no generan aprendizajes por sí solas, sino que este proceso depende enteramente del curso que se diseñe en ellas. La mayoría se limitan a ser, como ya dijimos, receptáculos donde los profesores albergan diferentes tipos de archivos para ser consultados y descargados por sus estudiantes. Pero realmente tienen pocas opciones para que los estudiantes desarrollen procesos de aprendizaje en la propia plataforma. En tanto que su uso no sea más sistemático y, sobretodo, más significativo, seguirán siendo un recurso caro si no se le encuentra un verdadero sentido. Sobre todo, si hablamos de plataformas de desarrollo propio o plataformas comerciales que cobran de antemano su licencia de uso.

Así pues, para que una plataforma tenga un verdadero éxito los profesores que abren sus cursos deben tener tanto conocimientos como experiencias de aprendizaje en línea y diseño instruccional, ya que de ellos dependen el éxito de las plataformas como recursos didácticos. Se trata entonces de un sistema con un conjunto de herramientas que te permiten montar tus propios cursos ¿Qué tan rico es en términos de aprendizaje? Depende de la riqueza de tu curso. Si este se limita a un conjunto de archivos con información sobre el tema y pocas y débiles actividades de aprendizaje, realmente las plataformas se convierten en recursos poco atractivos. 

 Respecto a la pregunta de ¿cuál plataforma es mejor usar? Todo depende del proyecto en concreto del que estemos hablando. De acuerdo a mis objetivos, estrategias, perspectivas de crecimiento, recursos, etc. Si estamos empezando un proyecto, en mi opinión, es preferible concentrar nuestros recursos y esfuerzos en fortalecer la estructura curricular de nuestros cursos, mas que en el diseño y mantenimiento de una plataforma. En tanto que, como ya lo expresamos, con las plataformas actuales el aprendizaje depende casí por completo de la riqueza del diseño instruccional, que en ultima instancia comprende cuáles son los recursos y herramientas tecnológicas que va a utilizar de acuerdo a las necesidades didácticas y pedagógicas del propio curso.

Finalmente, la tendencia parece ser que la siguiente generación de plataformas virtuales tratarán de incorporar relaciones más flexibles y menos cerradas, incorporando las dinámicas de las redes sociales y ya no ser un solo un sistema donde se coloquen cursos en línea. Sin embargo, creemos que no será suficiente con incorporar las dinámicas de estas redes sociales, sino que además deben construirse como verdaderos espacios que sean capaces de generar aprendizajes, sobretodo con estrategias colaborativas. Esta es nuestra principal apuesta en Delfos. Así, pasaremos de una red social donde se intercambia información, a una red de conocimiento donde se generan aprendizajes a partir de la interacción virtual, herramientas didácticas, y generación compartida de conocimientos. 

Con estos tres pilares es que estamos diseñando nuestra plataforma virtual que esperamos muy pronto esté disponible para todos ustedes.

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